Adoro

Adoro cuando cambias de momento y verte.
Saber que giras, te detienes y me miras, saberte y sentirte
tan disante, tomarte y desgarrarte de la forma más sádica,
para después olvidarte entre los embrollos de mi cotidianeidad.

Adoro ver que cambias de posición, y adecuarme a la tuya.
Adoro ir tras de ti, buscarte como un perro y luego encontrarte.
Delirar ante tu rostro, sin saber que no lo puedo mirar.
Adoro componer tus melodías y compartir tus más profundos secretos.
Tú y yo tenemos el secreto más grande.



Adoro caminar, correr y mentir a tu lado
ver que somos piezas de juguete, cual madera tallada,
cual tablero de ajedrez.
Yo adoro ser feliz en tu recuerdo y pensar que eres fe liz en mi imagen
Aquello que conoces de mí, que sé que te gusta.
Adoro pensar lo que haremos mañana, a dónde me llevaré a mí mismo
a pasear, a dónde llevaré tu fantasma, aquel que se mece
cauteloso entre mi mente y mi memoria, aquel que me rcuerda que existes.

Adoro descomponer en mi mente cada instante
y desvivirme. Adoro recordar lo que no he vivido y adoro
saber que me das aliento para seguir adelante.
Adoro dibujar en un papel lo que me haces sentir.
Adoro tocar mis manos, y saber que son también las tuyas.
Adoro saber que me adoras. Adoro apasionarme y
me encanta tu mirada.
Tan furtiva, tan sensual, tan únicamente tuya y mía
cuando así lo quiero.
Adoro desearte y anhelar tu cuerpo.
Adoro mirar a través de la ventana y verte cerca.
¿Sonriente? No me importa. tu rostro es el que yo decido.



Adoro que cantemos y soñemos. Adoro
que estemos tan unidos en cada segundo que
pasamos juntos. Adoro que lloremos al separarnos
en la forma en que lo hacemos.

Adoro que me inspires y me lleves a pensar lo
que solo jamás se me hubiera ocurrido.
Adoro tus deseos bajo la lluvia, esos labios
que se ocultan cada vez que giro la cabeza.
Adoro cada instante y cada momento que eres tú.

Adoro lo que somos y me aborrezco por lo mismo.
Me llevas a los rincomes que nunca pensé visitar
y te adoro por eso.
Me encantan los desvíos que tomamos en la vida.
Sentirnos imperfectos y tan indestructibles.
Te adoro por tantas cosas que yo mismo me planteo
y que sé que tú tal vez jamás las has siquiera imaginado.
Porque en este juego soy yo el único que participa.
El que imagina, el que sonríe, el que sufre...

El que miente.