Friday, August 28, 2009

Aun en el silencio

Entre cada palabra vacía y sonrisas invisibles.
Entre cada parpadeo que no hay y los que sí.
Los ojos que se vuelven, las lágrimas que salen.

Aun en el silencio, eres, y yo sé que soy, muy
a pesar de no estarlo.
Porque las dinámicas son frías y misteriosas,
y siempre queremos saber más, aunque no se pueda.
Aunque la luz te diga que pares, aunque la voz
te diga que no existes.
Duele también, y aun en silencio.
Porque los segundos son largos y las esperas son
como dardos, y más porque la realidad es una daga
clavada en mí.

Forest

Yo lo siento, y aun en el silencio veo las cosas como son.
Aun en el silencio lloro y aprieto los dedos y me pregunto
una y mil veces qué.
Aun en el silencio existe el miedo de caminar
solo y es cuando te preguntas si mientes o no,
y es entonces cuando decides si caminar es
necesario.

Miramos muy de cerca las cosas,
y sé del revolotear de las alas y de la
miel que se derrite muy cerca del sol.
Despacio. Tan despacio que a veces quisiera
hacer al tiempo correr y huir con él.
Perderme y a la vez encontrar aquello que busco,
en la espiral, en el tornado, en el agujero
del que todavía no me digno salir.

Dock

Quiero, aun en el silencio, estar envuelto en lo que quiero.
Busco, aun en el silencio, la respuesta a los miles de
silencios que profeso y que me persiguen.
Ávidos de devorar mi sensatez y desgarrarme por dentro.

Y aun en el silencio, estaré ahí. Lo prometo.

Muelle

Sunday, August 2, 2009

Sin realidad. No me muevo hacia ningún lado

Un vuelo asistido. Como una droga muy pesada.
Un par de ojos observándote. Escudriñando tu piel lentamente.

¿Quieres saber dónde vivo?

Una mentira tan sincera que la piedad se vuelve poco.
Una eternidad de preguntas y espirales. Un placer tan tormentoso sobre tus cabellos.

No tengo adicciones, sólo hábitos frecuentes. Costumbres
bastante irremediables. Me entrego a esas otras realidades.

Él quiere entrar en tu realidad, pero sólo si tú se lo permites.
Porque tu realidad la construyes a diario.

Él tampoco sabe lo que son los sueños. Vive tan solo y tan
triste siempre. Sin mirar por la ventana ni mirarse en el espejo,
ni nada de esas mañanas.
Vive sin meditar por las noches sus días.

Una noche entera para contar pesadillas. Vives sin saberlas porque
nunca lo has vivido. No piensas ni imaginas. No te enteras de nada.

A él no le molesta porque no le importa.

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Un agua... ¿tan profunda? ¿Tan silenciosa?
¿Tan quieta? ¿Tan limpia? Tan bella es ¡que ni siquiera existe!


Todo esto es tu culpa. Si tú soñaras podríamos inventarlo.
Podemos todavía hacerlo real... Si no lo devoraras todo.

¿Qué sabes de lo que ves a tu alrededor? ¿Qué sabes de la realidad?

Yo... yo no sé lo que es la realidad. Ni lo comprenderé jamás.

Nadie lo sabe, ni te lo dirán. Tendrás que morir para ver
la respuesta. Y olvidar los ruidos que perturban tu mente
para encontrar la claridad.

Pobre hombre. Tan solo y triste con sus canciones de piano.
Tan centrado en lo que no desea volver a saber que se ha olvidado
de lo que quiere.
Su cuerpo se suspende como nube por encima de su amante instrumento,
y sus manos le atacan incansables hasta haberse satisfecho de nuevo.
Como hipnotizado, como sumido en un eterno viaje, las manos del
pianista no se detienen. Sus ojos enrojecidos ya no tiene más lágrimas
para llorarle al pasado, ni a los pesares, ni al viento de la melancolía.

Su boca reseca resiente el paso del tiempo. Su corazón no sabe lo
que es la esperanza, su mente ya no piensa en nada más.

Temeroso, intenta olvidarlo todo. Perderse. Y lo logra, pero a ratos,
en esos tortuosos momentos en los que su sentido le recuerda que ha
vivido, golpea con furia su instrumento e intenta volver a su limbo.
Y se pierde, y de nuevo se repite.

Piano

¡Míralo! Tan doloroso es el pasar de sus días, que ni el cielo mismo
desea recordarle! No existe lugar entre los hombres para tales personas,
pues sus mismos sufrimientos no son de este mundo.

La culpa él no la ha tenido. No tiene por qué castigarle.
Miren solamente que ha sufrido más de lo que cualquier alma puede soportar.


¿Ves a sus niños jugando frente a la pared?
Siempre quise ser uno de esos.
Siemrpe quise llorar en las esquinas, igual
que lo hacían ellos todo el tiempo.
Y jugar a morir, de forma inocente.

Conocer sin tener que tocar.
¿Qué tan posible se torna en nuestra realidad?
¿Qué tan palpable es ésta?

La realidad me produce ganas de salir corriendo
y arrojarle globos a las personas.

La realidad me duele porque es lo más cercano
que tengo.

¿La realidad es cruel?

Tree

Vivo en espirales, rodeado de dimensiones que me encantaría
visitar. Pero no puedo, porque mi realidad me lo impide.

Mira a ese hombre tan triste y háblale sobre la realidad.
No me lo permite. Me huye, se esconde en la música de su instrumento.
Háblale y pídele que te ame.
Le sonrío, pero huye.

Déjame morir en paz. Que la muerte calmará
mi pesar. Y en el dolor me refugiaré, para olvidar
que he existido una vez más.