Saturday, October 24, 2009

1:00 AM

Tengo que cubrir mis uñas con esmalte para no morderlas.
No uso de ningún color porque no me va. A los hombres no
nos van las cosas de mujeres, ni el cabello largo, ni los
pantalones pequeños que se ajustan a la figura.

Todos los estatus de mis contactos de MySpace aparecen como
actualizados ayer, osea, a más tardar hace una hora.

Es la una de la mañana con un minuto. Se acercan las horas
buenas, como llamo a esos momentos a partir de la media
noche en los que las ideas fluyen como el agua de los ríos.
Ratos de quemar inspiración en el que la chispa parece
encenderse como una llamarada y nos entrega la genialidad.
Aquéllos que pretendemos crear de noche apreciamos el brillo
de la luna, el canto del silencio en las calles, las
luces de las banquetas, los carros en la carretera a toda
velocidad.
Nos crean la atmósfera. Y yo me envuelvo en ella y la dejo
que me guíe como si me poseyera. Le permito hablar a través
de mis manos y mi boca, algunas veces.

Es un fantasma, un amante. Lleno de luz y oculto entre las
sombras. Da miedo, pero encanta.
Viene y hace por mí lo que yo a veces no puedo terminar.

mo

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